Ivor Greenslade y su esposa Ruth, ambos procedentes de Canadá, llegaron a Buenos Aires el 16 de marzo de 1979 acompañados por dos de sus hijas, Karen y Cindy.

Junto a la familia Evans, quienes habían llegado un tiempo antes que ellos, formaron un equipo con el fin de fundar iglesias, al cual se le sumaron cinco estudiantes graduados del Instituto Bíblico Palabra de Vida (IBPV) de Buenos Aires.

Así es que el 22 de abril de 1979 se realizó la primer reunión a las 10 am en un salón sobre Avellaneda, Florida. Ese día asistieron trece personas aparte del equipo formado por los alumnos.

Jaime Evans nació por segunda vez la noche del 5 de noviembre de 1951 cuando tenía 19 años. Esa noche asistió a una reunión de la Iglesia Bautista en Michigan, EE. UU., porque sabía que debía arreglar cuentas con Dios. Algo dentro suyo le decía que las cosas no estaban bien. También, la vida que él veía en los cristianos, el amor que se tenían unos a otros, le llevaron a pensar que había algo que le faltaba.

Al finalizar la reunión, habló con una de las personas que asistía a aquella iglesia, quien le contó lo que Jesús había hecho por él: morir en su lugar, y que sólo bastaba con creerle a Dios y recibir a Cristo para poder arreglar las cuentas con su Creador. “Porque para ir al cielo sólo se necesita confiar en Jesucristo y no en obras como ir a la iglesia o portarse bien”, afirmó Don Jaime.

Mariano Merino se convirtió a Cristo el 9 de julio de 1987, y, en los primeros pasos de su vida cristiana, recibió guía y ayuda de Marcos Apaza. En diciembre del mismo año, se bautizó por inmersión a cargo del Pastor Luis Aspres.

En 1992, se unió en matrimonio a su amada esposa Alicia. Tuvieron tres hijos, Matías, Belén y Ezequiel, a quienes pudieron criar a través de la enseñanza y la amonestación del Señor por gracia de Dios.

Marcos Tonelli conoció a Jesucristo como su Señor y Salvador a los veinticuatro años y pasó, así, de tener una vida entregada al pecado y a sus propios placeres a tener una vida totalmente satisfecha en Cristo.

Desde aquel momento, en el que Marcos fue salvo por gracia mediante la fe en Jesucristo, tuvo la certera convicción de entregar su vida al servicio de aquel que había dado la suya por él.

Miguel Aguirre recibió el perdón de Dios por sus pecados y fue recibido por Dios como su hijo en los primeros años de su juventud; aunque muchas veces, desde niño, ya había escuchado el verdadero evangelio del Señor Jesucristo. En cuanto a esto, Miguel nos cuenta: “Llegué a escuchar el evangelio por medio del ministerio de Carlos y Lois Sexton, quienes, con amor e instrucción, me guiaron al él. Fue en ese tiempo que mis ojos fueron abiertos y comprendí que mis buenas obras de niño cristiano no lograrían que evite el castigo eterno de separación de Dios y que el único Salvador suficiente era Cristo Jesús, quien murió por mis pecados en la cruz”.